La Habanera en Mayorga
La música que canta el hombre del pueblo ejerce en él la satisfacción de llenar un espacio, cumplir una función, una necesidad estética. Si no existe esta función de manera coherente, se sustituye por otra y aquella desaparece. Los mayorganos han aunado esfuerzos para que esto no ocurriera y poder recuperar así el género musical, la habanera transmitida de abuelos a padres e hijos de generación en generación como una escuela de sabiduría natural, y «han levantado un monumento en forma de canción, habanera», como bien dice Joaquín Díaz.
En una tierra donde no hay palmeras
Y el horizonte parece un mar
Quiero llevarte, amada mía,
y de riquezas poderte colmar.
Vente, mi amor, conmigo ven
y anidaremos en el trigal,
en una tierra donde no hay palmeras
pero riquezas también nos da.
El vuelo de la habanera rebasa los intereses políticos y aconteceres históricos. Mecida por las olas, inundó los puertos con su embrujo y balanceo, cautivándonos desde hace más de 180 años, versátil a la hora de adaptarse a las distintas zonas geográficas de España, a su folklore, a sus gentes… y, consecuentemente, la hallamos en multitud de cancioneros tradicionales (como los castellano-leoneses), en simbiosis de cultura y mestizaje común. Y así, desde el siglo XIX, llegamos hasta nuestros días, en los que todas estas formas de transmisión tienen plena vigencia.
Teresa Pérez Daniel dice en su introducción del libro «Castilla canta habaneras»: Los motivos que me llevan a recopilar habaneras autóctonas de la región castellano-leonesa son varios, pero el más importante es ayudar a que esta melodía perdure a pesar del transcurrir de los años, y sirva de fuente o pequeño aporte para los que compartan esta misma inquietud».
Otro aporte importantísimo a la recuperación de la habanera ha sido la celebración en Mayorga, desde 1993, de la Trovada de Habaneras. Esto dio pie a la creación en el mismo año de la Asociación de Amigos de las Habaneras, y al nacimiento de dos grupos locales de habaneras que en los últimos años han hecho una importante labor de difusión por toda la comunidad.
El mestizaje de la habanera
La decisión de la Corona española de otorgar a la ciudad de San Cristóbal de La Habana el rango de puerto principal- convirtiéndolo desde ese momento en punto de cita y repostaje para las flotas españolas en las rutas atlánticas y su regreso a Sevilla (y posteriormente a Cádiz)- abre, desde entonces, un proceso sociológico musical que se retroalimentaría en los puertos donde sus naves fondean en idas y regresos a lo largo de la dominación española. Y, así, la música, la habanera, se ha propagado no solamente por los marineros, sino también por el resto de tripulantes que forman sus embarcaciones y que son de las más variopintas procedencias, entre las cuales hallamos la castellana. La continua evolución de la música popular se debe a procesos de sedimentación histórico-musicales, con movimientos e intercambios circulares de ida y vuelta que desembocan en la cristalización de distintos géneros.
El ritmo de la habanera o tango sería uno de esos ejemplos, fundamentado, entre otros, por el auge económico y social que aconteció en Cuba a lo largo de los siglos XVIII y XIX por la industria azucarera, tabaco y café.
Los primeros testimonios los encontramos cuando los músicos cultos la transcriben a pentagrama, pero eso no significa que no existiera antes. Hay que tener en cuenta la dificultad y la precariedad que tenían los músicos (en su mayoría negros), quienes no sabían leer ni escribir y que, gracias a su habilidad para tocar instrumentos como violines, violas, clarinetes…, las autoridades liberaban de la condición de esclavos. De ahí su nombre: negros libertos.
Encontramos las primeras habaneras dentro de la contradanza criolla, danza habanera heredera de la antigua contradanza española (no la francesa) importada de la Península, desde Cádiz, dentro del teatro tonadillesco, de subdivisión ternaria (6/8), modificada en el proceso de transculturación y binarización ocurrido en Cuba, al igual que en el resto de la América hispana, absorbiendo músicas de diferentes procedencias, entre otras, la música popular española. La investigación nos ha permitido, con algunos interrogantes, poder aproximarnos a dichas tesis.
La habanera: canto de mar y de siega
Es erróneo pensar que la habanera solamente fue transmitida por los marineros. La música y los procesos sociológicos acontecidos a lo largo de los siglos XVIII y XIX entre España (más concretamente Castilla y León) y la Antilla Mayor, nos muestra la presencia de nuestros compatriotas en múltiples actividades de la sociedad de la época.
Durante las travesías del periodo mencionado, no solamente son los marineros de dichos navíos quienes, a través de sus canciones, expresan sus sentimientos, sino también el resto de los acompañantes que forman las tripulaciones (músicos, comerciantes, soldados, emigrantes, religiosos…),todos de la más variopinta procedencia y con distintas motivaciones para desplazarse a ultramar.
Vías de transmisión en Mayorga





Y de paso yo no dudo
que ustedes canten un poco
cualquier cosilla…, el punto
de La Habana, Gerineldo,
o el aria de los difuntos.
Los excombatientes del 98
La taberna
Las murgas, las rondallas



La vía familiar
El teatro musical
Cuando en tus brazos mi dulce bien,
crucé las olas del ancho mar
como es el agua nuestro sostén
no tengas miedo de naufragar.



Las orquestas



Presentación del libro "La habanera sin puertos. Mayorga, X años de Trovada" en el palacio Pimentel, sede de la Diputación de Valladolid el 13 de abril de 2004.


Presentación en la iglesia de Santa Marina, el día 24 de Julio de 2004, de la Fundación Teresa Pérez Daniel y el libro "La Habanera sin puertos: Mayorga, X años de Trovada".











Presentación de la Fundación de Habaneras Teresa Pérez Daniel el 27 de Junio de 2009 en el auditorio Caja España de Valladolid.





Para Mayorga ha sido muy importante recuperar la memoria musical y cultural representada en la habanera, no solo sentimentalmente, sino a nivel económico y divulgativo, cuestión fundamental para nuestros despoblados pueblos castellanos con escasos recursos.
Lo avalan
Cuatro publicaciones en Cuba; 2 de ellas de Mª Teresa Linares y Victoria Eli, la primera, una de las musicólogas más prestigiosas de Cuba; la segunda, Dra. En Etnomisícología en la Universidad Complutense de Madrid y patrón de nuestra Fundación. Ambas, ponentes de nuestras Mesas en las Trovadas. Otro en Puerto Rico, 1 en México (Yucatán), con CD, cuya autora, Maricarmen Domínguez participó en la VI Trovada de Mayorga.
Diez publicaciones en España: Catalunya, Levante (Torrevieja); Cantabria con autoría de Antonio Mora, periodista, también presentador en la XVIII Trovada. En Totana (Murcia), por Ginés Rosa. Ocho trabajos discográficos: Mirándote, por María Salgado; Desde el trigal, del grupo Aguadulce, de Valladolid; Habaneras de tierra y mar, de Castilla canta habaneras; Habaneras, por Los Amigos de las Habaneras de Mayorga; cuatro CDs de grupos catalanes que en sus repertorios han introducido piezas de habaneras de Mayorga; en Asturias…

Un documental cinematográfico en Catalunya, 2002, A ritmo de habanera, de Octubre Producciones, S.L., rodado parte de él en Mayorga.
Un documental cinematográfico para la productora francesa, Maryise Bergonzat Productions, El balanceo de los sentimientos, 2003, rodado en Francia, Cuba y Mayorga.
Saray Prados musicóloga recibe el premio de Investigación, otorgado por la Diputación de Valladolid por su trabajo de las Habaneras de Mayorga, con la catalogación de partituras sobre los fondos de Teresa Pérez Daniel.
Un sin fin de artículos de prensa, menciones en conferencias han dado lugar a que la Villa de Mayorga sea reconocida, nacional e internacionalmente, como una de las cunas habanerísticas. La Plaza Mayor repleta cada año de foráneos, visitantes, intérpretes, músicos, y curiosos llegados de toda España.